En un nuevo programa de Mujeres Haciendo Ciudad, Daisy Margarit, socióloga y académica de la Universidad de Santiago, cada vez es más común ver a extranjeros en subempleos, donde están sobre calificados, ya que el proceso de convalidación de estudios es largo.

En un nuevo capítulo del programa de Corporación Ciudades en Radio U. de Chile, Marcela Ruiz-Tagle, directora de estudios de la organización, junto a Pía Montealegre y Antonella Estévez, abordaron los problemas a los que se enfrentan los migrantes en nuestro país. De invitada estuvo la académica de la Universidad de Santiago, Daisy Margarit, quien explicó que muchas veces recurren a la informalidad para poder establecerse.

Para Marcela Ruiz-Tagle, el hecho de que en muchos países de Latinoamérica se vea Chile como un lugar al cual irse “nos debiera hacer sentir orgullosos de nuestro país, más que reticentes, porque por algo piensan en migrar a Chile. Dentro de toda esa desesperanza, nos escogen a nosotros, como país y sociedad, porque vislumbran aquí una posibilidad de futuro”. Sin embargo, son múltiples los obstáculos que deben sortear para instalarse.

“El tipo de empleo en el cual se desempeña el migrante es un subempleo, para el cual están sobre calificados y también el tema de la informalidad es una puerta de entrada para poder establecerte y poder generar también un ingreso que te permita mantenerte en el país y también mandar ingresos fuera”, explica Daisy Margarit, sobre las condiciones en las cuales se desempeñan muchos extranjeros. Justamente por lo anterior “te encuentras con un taxista que es ingeniero o químico. El sistema de validación de títulos que es bastante anacrónico”, subraya.

Todas estas dificultades desembarcan en la necesidad de crear comunidades para ayudarse entre los miembros. “La necesidad de configurar redes que tienen los migrantes hace que se vayan conformando ciertos barrios o sectores asociados a determinados grupos. En Chile está pasando, lamentablemente en lo relacionado a enclaves de pobreza y vulnerabilidad u de extrema necesidad, que se empiezan a concentrar. Tenemos sectores tradicionales asociados a migrantes, como por ejemplo Patronato; pero hoy vemos la situación de haitianos en Quilicura, sectores asociados a peruanos en Independencia y Recoleta. Se van conformando guetos sociales-culturales en donde vamos aislando a la gente en ciertos enclaves”, explicó Pía Montealegre.

Finalmente, Margarit se refirió a la importancia de que quienes llegan al país puedan acceder a una vivienda que reúna las condiciones mínimas. Muchas veces la primera vivienda es informal, donde no se les piden requisitos para acceder a ella, ni de trabajo ni de regularidad en el país, por lo que los arrendatarios incurren en abusos como cobrar $300 mil por una habitación -muchas veces compartidas-, donde las condiciones no son las mejores y los servicios como el baño o cocina son muy precarios.

Ver programa https://www.youtube.com/watch?v=a-jZeeb9ZPk&t=1278s