Según la consulta “Cambiemos el Mapa” de Corporación Ciudades, la mayoría de los participantes consideró necesario que se implementen cambios a los horarios de inicio de la jornada laboral o de estudios, y que se disminuyan de manera permanente las aglomeraciones en los lugares públicos y el transporte.

La suspensión de clases, el llamado de las autoridades a quedarse en casa, realizar teletrabajo, evitar las reuniones sociales y mantener un distanciamiento físico con el resto de las personas, han provocado que millones de chilenos cambien sus rutinas para prevenir el contagio de coronavirus. Para conocer el impacto de esta realidad en los habitantes de las 22 principales ciudades del país, Corporación Ciudades realizó una consulta para analizar cuáles han sido las principales dificultades para adaptarse a este nuevo estilo de vida, y cuáles son los aprendizajes que se pueden adoptar para el futuro.

Uno de los aspectos detectados es que las desigualdades también se manifiestan a la hora de acomodarse a las nuevas modalidades que ha impuesto la emergencia sanitaria.

Una de las principales diferencias que se vio a lo largo del país fue la facilidad para acceder al estudio o trabajo desde el hogar. Ante la pregunta de si las personas consideraban tener el espacio y las condiciones adecuadas para realizar sus labores desde la casa, en promedio el 56% de los encuestados aseguró que sí, pero con marcadas diferencias entre los encuestados de distintas ciudades y sectores. Si en la zona Nororiente de Santiago el 70% respondió afirmativamente, los habitantes de los sectores Sur, Poniente y Norte de la capital lo hicieron en un 54%. Incluso, a nivel nacional, quienes viven en Copiapó y Tierra Amarilla señalaron sólo en el 41% de los casos que contaban con las condiciones apropiadas.

A pesar de que la mayoría comentó tener las comodidades para quedarse en casa a trabajar o estudiar, a la hora de preguntarles sobre qué cambios les gustaría que hubiera en la sociedad luego de la pandemia, el 46% consideró que la flexibilización de horarios de inicio y término de jornada sería la mejor opción, mientras que el 17% optó por mantener parcialmente sus labores desde la casa.

Estos son sólo algunos de los resultados de las 7 preguntas que Corporación Ciudades hizo a los habitantes de las mismas 22 ciudades de las que el año pasado se elaboró un Atlas de Bienestar Territorial. “La historia nos muestra que muchas de las grandes transformaciones en planificación urbana tuvieron su origen en el combate de pandemias o por solucionar problemas de habitabilidad e higiene urbana. La crisis del Covid-19 nos está llamando, como en otras épocas, a volver a revisar la planificación y gestión de nuestras ciudades”, comenta el director ejecutivo de Corporación Ciudades, Juan Manuel Sánchez.

La gran diferencia con el pasado, agrega Sánchez, es la tecnología. “Hoy hablamos de confinamiento social pare prevenir nuevos contagios, porque esa ha sido históricamente la principal forma de evitarlos. Pero hoy debiésemos hablar de alejamiento físico y acercamiento social, pues la tecnología nos permite seguir interactuando con otras personas, sea por relaciones afectivas o por trabajo. Sin embargo, no todos en Chile tienen el mismo acceso a esas posibilidades, y esa es una de las grandes lecciones que nos deja la respuesta que como sociedad hemos tenido ante esta emergencia, y que la política pública tiene que mirar”, sostiene.

Pensando en la ciudad del futuro, al analizar cuáles son los atributos que les gustaría a los participantes que caracterizaran el lugar donde viven, cerca de la mitad de los consultados (49%) dijo aspirar a que los aspectos principales sean la preocupación por la limpieza, el orden y la seguridad, por sobre la conectividad (19%), la modernidad y digitalización (12%) y la cercanía de lugares para las actividades diarias o el desarrollo de espacios públicos que permitan generar mayor comunidad.

Sin embargo, al analizar las respuestas según la residencia de los encuestados, los habitantes del Gran Santiago son quienes más esperan tener una ciudad conectada con una red de transporte amplia e integrada con el 28% de las preferencias, siendo que a nivel nacional solo el 19% lo consideró prioritario.

No solo las rutinas se han visto modificadas por las recomendaciones de las autoridades de permanecer en las casas, sino que además la convivencia. El 49% declaró que ésta ha mejorado, el 41% no ha visto mayores variaciones, mientras que sólo un 10% sintió un deterioro de la relación familiar. Esta respuesta también tuvo variaciones según el sector en que residían quienes respondieron.

La consulta se realizó entre los días 28 de marzo y 6 de abril, a más de 6.000 personas mayores de 18 años. También se hicieron preguntas sobre la percepción de distintas actividades cotidianas afectadas por el coronavirus, y sobre si los encuestados creían o no que las ciudades debieran tener limitaciones de extensión o de habitantes, mostrando estas últimas respuestas una sorprendente mayoría de ciudadanos proclives a que existan restricciones, lo que evidenciaría, a juicio de los analistas de Corporación Ciudades, que el desarrollo de algunas ciudades y la calidad de vida de sus habitantes se encuentra en un nivel de tensión que la planificación urbana no ha sabido resolver.

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